miércoles, 29 de enero de 2014

Justificación

El propósito del siguiente trabajo es hacer una reflexión sobre los conocimientos que debe poseer el docente y por tanto sus necesidades de capacitación y formación de la práctica docente, así como sus repercusiones, para un correcto desarrollo educativo del alumno. Permitiendo de esta manera comprender mejor la importancia de una atención personalizada que incrementará la confianza y comunicación, de los factores principales del proceso, además de que proporcionará información sistemática que permita reflexionar sobre nuestra función y poder mejorarla. El tema de la capacitación y profesionalización docente, ha sido recientemente muy debatido, hoy en día aún más debido a la globalización, la sociedad del conocimiento y las reformas educativas que se han presentado, todo ello han sido referentes importantes para que las políticas educativas se orienten y le den mucha importancia a la capacitación y profesionalización docente, como un proceso dinámico de aprendizaje permanente que genere el cambio e innovación educativa. La profesionalización logra la vinculación entre aprendizaje y metodología de enseñanza que le permitirá al docente establecer estrategias diferentes de aprendizaje, les permitirá propiciar aprendizajes relevantes para sus estudiantes, contribuyendo al combate de la desigualdad con la única condición de buscar favorecer las condiciones del aprendizaje, si el docente cuenta con los conocimientos actuales que impone una sociedad a la vanguardia, su trabajo pedagógico será crucial en el cambio, no hay ningún elemento que pueda influir más en la mejora de la calidad educativa que el impacto del trabajo docente, de ahí la importancia, por otro lado entre más preparado esté el docente se preocuparan y ocuparan más por enseñar su clase que por organizar el aprendizaje de los estudiantes, se interesará más por conocer y comprender cómo es que aprenden mejor y a buscar cooperar con ellos atendiendo el estilo de aprendizaje, los tipos de inteligencia y también se ocupara en crear los ambientes de aprendizaje necesarios para lograr que sus alumnos adquieran los conocimientos, desarrollen sus habilidades, y promueva la construcción de valores y actitudes; es decir, la formación en las competencias propuestas por el currículo común, a partir del contexto nacional pluricultural y de la especificidad de cada contexto regional, estatal y comunitario. El docente debe estar consciente de que no basta poner en juego los conocimientos logrados en su formación inicial para realizar su función educativa, sino que requiere, además de aplicar la experiencia adquirida durante su desempeño profesional, mantenerse en actualización permanente sobre alternativas que mejoren su práctica pedagógica.
En definitiva con la capacitación y profesionalización del docente resulta beneficiado tanto el personal docente, educando, la población en general y las diferentes instituciones de servicio tanto públicas como privadas así como el sector industrial y empresarial de un país. Si comparamos el desarrollo económico de nuestro país en la actualidad, nos percatamos de la necesidad urgente en lo referente a la actualización y profesionalización del docente para la efectiva preparación de nuestro estudiante para responder a esas necesidades tecnológicas y los cambios ante el sistema de globalización que se avecinan a pasos de gigante en cada momento. Resulta imprescindible pensar en profesionalizar a los docentes, desde la urgente necesidad de educar en la vida para la vida, con el propósito de reflejar el dinamismo social y cultural (Imbernón en García, 2001) de la escuela básica en nuestro país. Por su complejidad el concepto de profesionalización, se caracteriza de manera integral como un proceso histórico, social y dinámico del ser humano. Considerando su dinamismo por la confluencia psicológica de elementos situacionales, constructivos, para transformar al individuo frente a su propio medio. La formación, como lo señala Lira en Educar (2004, 42) es el proceso de preparación que dota al docente de las herramientas necesarias para enfrentar los nuevos retos y las nueva exigencias sociales, de tal forma que su nuevo actuar ante los alumnos, el clima de clase y en general frente a la nueva cosmovisión del mundo posmoderno le permitan transferir e indiscriminadamente aplicar el conocimiento a todo contexto en el que tenga la necesidad de solucionar conflictos, para ocasionar la reconceptualización de la profesionalización, bajo la visión de considerar la complejidad del contexto para situar el aprendizaje con carácter permanente. La formación del docente requiere tiempo acorde a los ritmos vitales del aprendizaje, para elaborar conocimientos, disfrutarlos y apasionarse por ellos. En los inicios del siglo XXI, hay que diseñar programas de preparación inicial y continua que proporcionen conocimientos válidos para generar una actitud interactiva y dialéctica que conduzca a valorar la necesidad de una actualización permanente en función de los cambios producidos por la sociedad del conocimiento: encauzar a los docentes a ser creadores de estrategias y métodos de intervención cooperación, análisis y reflexión, que conlleven a construir un estilo creativo, innovador e investigador. Con los recientes tratados de libre comercio a nivel mundial se ha entrado en debate para analizar las reformas relacionadas con la profesionalización, tanto del nivel universitario como del nivel básico. Los docentes tienen que actualizar y profundizar sus conocimientos de manera permanente en aras de estar al día en cuanto a las exigencias que un mundo cambiante e incierto como el actual, demanda para el cumplimiento de su labor. De esta manera, es posible pensar en la necesidad de una capacitación continua que forme al docente, proporcionándole los medios necesarios para que pueda ser generador de sus propios recursos, evaluarlos, reajustarlos, mejorarlos y determinar y explicar los motivos y necesidades que lo llevan a una nueva y constante readaptación.

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